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La Constitución Española de 1978

06.12.2009 15:55

 La Constitución de 1978

 Este 2009 celebramos el 31º Aniversario de la Constitución Española de 1978, mas concretamente el 6 de diciembre. Pero, ¿qué es la Constitución? ¿qué la hace tan importante? ¿por qué se proclamó? ¿que cambios produjo? ¿quiénes la constituyeron?. Para ello hemos intentado resumir lo mas elemental y lo mas ameno posible que sea de entender las respuestas a estas preguntas. Además al final del mismo artículo hemos agregado un pequeño video-documental para que más o menos os hagáis una idea de lo que fue en su día el Referéndum de la Constitución Española de 1978. 

 

   La Constitución Española de 1978 es la norma suprema del ordenamiento jurídico español. Toda norma contraria a la Constitución es nula.

   Tras una larga etapa de gobierno dictatorial se siente la necesidad de promulgar una constitución acorde con los nuevos tiempos y la nueva sociedad que    se está formando en España tras la muerte de Francisco Franco en 1975. En ella se recogen las aspiraciones históricas y sociales de todos los pueblos      de España y se concilia el desarrollo integral de los mismos con la unidad de España.

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 La Constitución española de 1978 consta de 169 artículos. La Constitución tiene: Un Preámbulo, un Título Preliminar y diez títulos divididos en capítulos, y además el Capítulo II del Título I está dividido en dos secciones. Podemos diferenciar tres partes: una dogmática, dedicada a los principios, derechos y deberes fundamentales del Estado y el individuo (artículos del 1 al 55). Otra parte orgánica dedicada a las instituciones y sus funciones (artículos del 56 al 165). Y una parte dedicada a la reforma de la propia Constitución (artículos del 166 al 169). Tiene, además, un preámbulo, cuatro disposiciones adicionales, nueve disposiciones transitorias, una disposición derogatoria y una disposición final.

El texto fue sometido a referéndum el 6 de diciembre de 1978, obteniendo un 87% de votos favorables. Fue sancionado por el Rey el 27 de diciembre y publicado en el BOE el día 29 de diciembre, fecha a partir de la cual entró en vigor. Desde entonces, cada 6 de diciembre es fiesta nacional en España, denominándose Día de la Constitución.

Por último y no menos importante cabe destacar a los "padres" de la Constitución Española que fueron:

 §  Gabriel Cisneros (UCD)

§  José Pedro Pérez Llorca (UCD)

§  Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón (UCD)

§  Miquel Roca i Junyent (Pacte Democràtic per Catalunya)

§  Manuel Fraga Iribarne (AP)

§  Gregorio Peces-Barba (PSOE)

§  Jordi Solé Tura (PCE)

A parte aquí os dejamos los nombres de las siglas de los diferentes grupos políticos que no se dan ya hoy:

UCD- Unión de Centro Democrático // AP- Alianza Popular (España) // PCE- Partido Comunista de España

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Y para terminar aquí os dejamos el video-documental

Referéndum de la Constitución, en 1978

 

 José María Canales Rúger 1º Bach A

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Incultura histórica

14.11.2009 10:56

 El saber de la ignorancia

En una encuesta realizada en Gran Bretaña a niños de comprendidos entre 9 y 11 años se han revelado los siguientes datos sobre sus conocimientos ocurrido durante las dos guerras mundiales:

Uno de cada veinte chavales piensa que Adolf Hitler era un entrenador de fútbol alemán, mientras que uno de cada seis cree que Auschwitz es un popular parque temático sobre la II Guerra Mundial. Y para arrematar la faena uno de cada veinte afirma que el Holocausto es el nombre con el que se bautizó a la celebración del final de la guerra.

El sondeo realizado por veteranos de Erskine revela la profunda ignorancia de estos jóvenes, comprometiéndose los miembros a participar en un programa educativo que rellene estas lagunas del conocimiento 

José María Canales Rúger 1º Bach A

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Los 30 Misterios de la Astronomía

14.11.2009 10:43

 Lo que no deja dormir a los científicos

¿Existen dos Universos paralelos? ¿Qué es lo que pasa cuando dos galaxias chocan? ¿Qué es y para qué sirve una supernova? ¿Qué es la antimateria y por qué hay tan poca? ¿Mueren los agujeros negros? ¿Puede existir vida sin agua? Estas son una ridícula parte de las preguntas que se hacen todos los días los científicos y que intentan de dar respuestas a todos ellos. Aquí os dejo el enlace de Muy Interesante donde vienen mejor explicados todos estos misterios y muchos más.

www.muyinteresante.es/astronomia/presentacion.html

José María Canales Rúger 1º Bach A

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El nuevo Einstein

14.11.2009 10:37

Una pequeña gran promesa

Oscar Wrigley es un niño británico de 2 años y 5 meses, que a pesar de su corta edad posee un intelecto de por encima del 160 de coeficiente intelectual, lo cual le ha valido para entrar a formar parte de Mensa.

Según el test de Stanford-Binet, Oscar sería equiparable a genios como Albert Einstein o Stephen Hawkings. Pero para sorprende es que con apenas nueve meses hablaba, mientras que al cumplir el año y medio recitaba el alfabeto. Seis meses más tarde contaba con un vocabulario de miles de palabras, en tanto en cuanto por esa edad lo normal es que se manejen correctamente unos cincuenta.

John Stevenage, presidente de Mensa, está encantado con que Oscar se haya unido a ellos y esperan poder someterlo a nuevas pruebas para cuantificar con exactitud su coeficiente intelectual.

José María Canales Rúger 1º Bach A

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Descubren agua en la Luna

14.11.2009 10:17

Se descubre agua en la Luna

Los datos tomados por tres naves espaciales indican la existencia de Hidróxilo (OH) y de agua (H2O) en la superficie de la Luna. Pero la existencia de esta no quiere decir que haya mares, lagos ni charcos en su superficie, sino pequeñas moléculas de estos elementos en la Luna.

Hace 40 años, cuando se trajeron fragmentos de roca lunar a la Tierra ya se observó el indicio de la existencia de estos elementos pero fue rápidamente desechada, ya que los científicos pensaron que estas pequeñas muestras se podían haber contaminado con la atmósfera terrestre.

Ahora, en cambio, se ha llegado llegado a la idea de que el causante de la aparición de ellos puede ser el viento solar; con lo que el proceso que muchos sugieren sería el siguiente:

Durante el día, cuando la Luna está expuesta al viento solar, los iones de hidrógeno liberan oxígeno de los minerales lunares formando OH y/o agua, que se mantienen débilmente en la superficie; a temperaturas altas se emiten y absorben más moléculas, y cuando la temperatura baja, se acumulan.La presencia de agua en la Luna podría facilitar la creación de una base en el satélite terrestre, sobre todo si los astronautas pudieran extraerla calentando la superficie. Además, también podría servir como fuente de oxígeno para obtener aire respirable.

José María Canales Rúger 1º Bach A

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Aniversario de la caída del Muro de Berlín

09.11.2009 16:28

 

Introducción

Hoy se cumplen 20 años de la caída del Muro de Berlín, que durante varias décadas mantuvo a Alemania, y a Europa, dividida en dos bloques. Repasamos su historia, las fechas clave de la división y posterior reunificación, y la biografía de sus principales protagonistas.

Historia

“Para evitar actividades hostiles en Berlín, se ha decidido establecer un enérgico controla lo largo de toda la zona fronteriza que divide varios sectores de la ciudad”, decía el comunicado emitido por el Gobierno de Alemania Oriental el 13 de agosto de 1961, domingo. El “control” era una barrera de alambre de espino que tropas del ejército y algunos voluntarios del SED (Partido Socialista Unificado) habían extendido durante la noche anterior -para cerrar los pasos entre los dos sectores berlineses. 

Y el “control” era, también, un despliegue de dos divisiones acorazadas y 10.000 policías con la orden de disparar contra los orientales que pretendieran franquear aquella barrera, pues sus armas no apuntaban contra los sectores occidentales de la ciudad, sino contra los ciudadanos de Berlín Este. El cierre a cal y canto de la frontera –extendido también a las comunicaciones telefónicas entre Alemania Occidental y Oriental, que quedaron interrumpidas– acababa de esta forma con la esperanza de salir del país de muchos alemanes orientales que querían buscar la libertad en el “otro lado”. 

Hasta ese día, casi tres millones de alemanes del Este –uno de cada nueve– habían abandonado el Estado comunista para refugiarse en la República Federal. El flujo de emigrantes había crecido tan considerablemente –en la última semana habían salido 12.448, personas, una cifra récord–, que incluso acarreaba problemas a las autoridades de Berlín Occidental, donde se había crea-do el campo de acogida de Marienfelde, para atenderles en un primer momento. 

Por su parte, en el lado oriental, esta huida masiva resultaba insoportable para los comunistas, ya que afectaba gravemente a las estructuras social y económica del -país por un doble motivo: por la sangría demográfica que suponía y porque, en general, quienes abandonaban el país eran los profesionales más cualificados. 

Pese al anillo fortificado que habían levantado las autoridades del Este, ese mismo día, 13 de agosto, más de 159 personas lograron huir al Oeste, algunas cruzando a nado el canal Teltow. Luego, esto resultaría más difícil, prácticamente imposible y, a lo largo de los 28 años de vida que tuvo el -muro, unas cien morirían en el intento de franquearlo. 

Y es que, en su etapa final, la pared medía más de cinco metros de altura y estaba coronada por un tubo de 40 centímetros de diámetro que impedía aún más la posibilidad de atravesarla. Aparte, existía la llamada “franja de la muerte” o tierra de nadie”, un área de aproximadamente dos metros de anchura, limitada por una -verja de dos metros de altura que, en algunos tramos, estaba electrificada y se encontraba permanentemente vigilada por soldados armados y perros adiestrados.

Aunque las autoridades orientales dijeron inicialmente que la frontera podría ser cruzada por los occidentales que poseyeran un permiso especial, que sería “necesario hasta que la situación de Berlín Occidental haya cambiado y quede la ciudad como zona libre, neutral y desmilitarizada”, lo cierto es que permaneció totalmente cerrada hasta el mes de diciembre de 1963. Su apertura fue para permitir que los berlineses del Oeste pudieran visitar a sus familiares del Este con motivo de las fiestas de Navidad: se abrió el 18 de diciembre y se cerró de nuevo el 5 de enero. 

La decisión de levantar el muro se había tomado el día 3 de agosto en una reunión secreta que celebraron en Moscú los países integrantes del Pacto de Varsovia, que querían el reconocimiento de Alemania Oriental como Estado soberano; en ella, Jruschov propuso establecer, de hecho y de derecho, la frontera entre ambas Alemanias en Berlín. Unos años antes, en noviembre de 1958, la URSS había lanzado un ultimátum a los aliados –que éstos rechazaron–, en el que les pedía que Berlín se convirtiera en una ciudad desmilitarizada y se les exigía “renunciar a los residuos del régimen de ocupación y permitir la normalización de la capital de la República Democrática de Alemania”. 

Berlín Occidental era el símbolo más claro del enfrentamiento entre los dos bloques: para el mundo capitalista, representaba una avanzada democrática en el corazón del entorno soviético; para el socialista, una base militar del imperialismo norteamericano, pues las tres potencias aliadas -–EE UU, Gran Bretaña y Francia– tenían allí más de 12.000 -soldados. Hubo quien pensó que la paz de Europa pendía otra vez de un hilo, porque las posturas estaban muy enfrentadas. Así lo reflejan estas palabras, extraídas de un comunicado oriental, referidas a las restricciones de paso de la frontera, que “protegerán los territorios socialistas de los manejos promovidos por los saboteadores, espías, agentes y tratantes de esclavos, pagados por los monopolios capitalistas”.

En las calles, la respuesta de los ciudadanos fue muy distinta a un lado y otro de la frontera. Mientras en el sector Oeste –donde con el tiempo la pared levantada sería conocida con el nombre de “Muro de la Vergüenza”– los ánimos estaban muy exaltados y una muchedumbre se congregó para protestar airadamente, por Berlín Este apenas caminaban civiles, pues los soldados y policías patrullaban incesantemente. Aquí, por cierto, también con el tiempo la pared recibió un nombre: “Muro de la Paz” o “Muro Protector Antifascista”. 

La policía de Berlín Occidental tuvo que dispersar a varios grupos de personas y velaba de forma concienzuda para tratar de impedir que se atacara a las tropas orientales y evitar así las graves consecuencias que esto podría tener. A la caída de la tarde del domingo, entre 20.000 y 30.000 berlineses del Oeste, congregados a lo largo de la línea fronteriza, encendieron velas para hacer saber a sus convecinos los orientales que contaban con su apoyo. “Berlín espera más que palabras, Berlín espera actos políticos. Ésta es la crisis más grave de la posguerra”, dijo un airado Willy Brandt, que entonces era el alcal-de de la ciudad y se encontraba en plena campaña electoral. Su crispación se fue moderando con el tiempo; sobre todo a partir del año 1971, cuando, siendo ya canciller de la República Federal, -comenzó a desarrollar la Ostpolitik, una estrategia de política rea-lista basada en la búsqueda de la negociación con el Este. Fue así como se logró firmar un acuerdo entre las dos Alemanias por el que se permitía a los alemanes y berlineses del Oeste visitar el otro lado de la ciudad. Aunque, eso sí, después de largos trámites burocráticos y previo pago de cinco marcos.

 

 

Protagonistas

En la Conferencia de Yalta, Churchill, Roosevelt y Stalin acordaron la división de Alemania en las zonas de ocupación. Aquí empezó la división de Alemania y la bipartición de Berlín. Estas son las biografías de los tres personajes más emblemáticos en la historia del Muro de Berlín.

WINSTON CHURCHILL (1874-1965) 
Como un presagio de la frenética actividad que iba a rodear su existencia y de su necesidad de adelantarse a los acontecimientos, Winston Churchill (1874-1965) nació sietemesino, dos meses antes de lo previsto, a causa de la caída que sufrió su madre durante una partida de caza. El hombre llamado a convertirse en el gran héroe de la II Guerra Mundial era de origen aristocrático pero eso no condicionó su carrera, a juicio de su biógrafo Roy Jenkins, que lo consideraba un hombre “idiosincrásico, imprevisible y con demasiadas facetas como para dejarse encorsetar por las circunstancias de su nacimiento”. Sin duda su sentido del deber y del destino eran más fuertes que la lealtad de clase y su gigantesca personalidad abarcaba tantos aspectos que su larga vida de 90 años casi se le quedó corta. 

Estudió la carrera militar en la prestigiosa Academia de Sandhurst y trabajó como corresponsal de prensa en la Guerra de los Boers, donde fue capturado y protagonizó una sonada huida. En 1900 fue elegido diputado conservador, pero sus discrepancias con la política económica de su partido le hicieron pasarse a los liberales. Con ellos fue Subsecretario de Estado para las colonias, Ministro de Comercio, de Interior y de Municiones, y Primer Lord del Almirantazgo, antes de volver al redil conservador en 1924 y ocupar la cartera de Hacienda. Frente a la postura condescendiente de otros políticos británicos, tomó desde el principio una actitud cauta y crítica respecto al ascendente poder nazi en Alemania, preconizó la cooperación política y militar con Francia y conminó a la opinión pública a que saliera de su letargo. Los hechos pronto le dieron la razón. En 1939 Churchill fue nuevamente nombrado Primer Lord del Almirantazgo y por fin, en 1940, cuando el gabinete de Chamberlain perdió la confianza de la nación y la opinión pública exigió un líder sólido capaz de conducir la guerra con resolución, fue llamado por el rey para que formara un gobierno de unión nacional. Laboristas y liberales fueron asociados a la dirección de los asuntos nacionales y Churchill, como Primer Ministro, galvanizó las energías y definió el objetivo (“la victoria a cualquier precio”) mientras organizaba la resistencia en todos los frentes. Condujo la Batalla de Inglaterra, como se llamó al sistemático ataque aéreo alemán sobre las Islas Británicas, valiéndose de su incomparable retórica resumida en su legendaria promesa al pueblo de resistir con “sangre, sudor y lágrimas”. 

Durante la guerra, fue el artífice del estrechamiento de lazos con Estados Unidos, así como de la alianza con la URSS y el apoyo a Francia, desplegó una agotadora actividad diplomática y realizó constantes viajes para coordinar el esfuerzo bélico. En noviembre de 1943 se reunió con Roosevelt y Stalin en Teherán, donde se planeó el desembarco de Normandía. Fue el primero de varios encuentros tripartitos en los que se decidió el reparto de poder en la nueva situación mundial resultante de la contienda. Todo ello lo resolvió el gran líder inglés con su sempiterno puro en la boca. 

Ya con la guerra ganada, perdió sorprendentemente las elecciones ante los laboristas en 1945, aunque siguió en la política activa durante dos décadas más, llegando a repetir como Primer Ministro a la edad de 80 años. Ha sido considerado por muchos como el hombre más importante del siglo XX, y desde luego sin su tesón, su brillante personalidad y su fe en la libertad, el destino del mundo hubiera sido diferente. 


FRANKLIN D. ROOSEVELT (1882-1945) 
Franklin Delano Roosevelt es el único presidente de la historia de Estados Unidos que ha sido reelegido en cuatro ocasiones, algo en absoluto envidiable si tenemos en cuenta que sus mandatos se desarrollaron en uno de los momentos más difíciles de la historia de su país, los años que median entre 1933 y 1945. 

Roosevelt, que se había formado como abogado en las universidades de Harvard y Columbia, inició su carrera política a los 28 años, cuando fue elegido para el Senado del Estado de Nueva York, en 1910. Tras ser nombrado Secretario Adjunto de la Armada, un puesto que ostentó durante la Primera Guerra Mundial, se presentó como candidato a Gobernador. Fue elegido para el cargo en 1928, apenas unos meses antes de que la Gran Depresión sacudiera los cimientos de la economía estadounidense. Roosevelt no se arredró. Se rodeó de un excelente equipo de colaboradores y planteó un programa de reformas sociales que dieron buenos resultados. Así las cosas, aquel político demócrata parecía el único capaz de sacar adelante al país. El 8 de noviembre de 1932 resultó elegido presidente. El paquete de medidas económicas que puso en práctica pretendía un mejor reparto de la riqueza para así acrecentar el bienestar económico y social de los ciudadanos. 

Roosevelt, sin embargo, no estaba conforme con el papel que interpretaba EE UU en la política internacional. A pesar de que había declarado públicamente que “no enviaría jóvenes estadounidenses a luchar en el extranjero”, el tradicional aislacionismo del país chocaba frontalmente con la agresiva política de Hitler y el expansionismo japonés en el Pacífico. Entre sus primeras medidas, Roosevelt reconoció la soberanía de Cuba y entabló relaciones diplomáticas con la URSS. Aun así, EE UU no podía intervenir directamente en conflictos, como la Guerra Civil española, debido a una ley que aseguraba su neutralidad en política exterior. La Segunda Guerra Mundial dio definitivamente al traste con aquella situación. A partir del estallido del conflicto, Roosevelt convenció al Congreso para que tomase medidas que implicaran más a EE UU en apoyo de las democracias, especialmente del Reino Unido que, tras la derrota francesa, era la única que hacía frente a Hitler. En 1940, el presidente implantó el servicio militar obligatorio y 16,4 millones de hombres pasaron por los centros de reclutamiento. El 9 de diciembre de 1941, dos días después del ataque japonés a Pearl Harbor, Roosevelt afirmó que aquel “súbito y criminal acto representaba el punto culminante de una década de inmoralidad internacional”. 

EE UU había entrado de lleno en el conflicto y daba, con su participación, una vuelta decisiva al transcurso de la guerra. De hecho, Roosevelt cumplió desde el principio lo que había anunciado años antes: “Estados Unidos será el gran arsenal de la democracia”. En la Conferencia de Yalta (febrero de 1945), él mismo, Churchill y Stalin, que ya se habían reunido en Teherán dos años antes, expusieron por primera vez sus planes para crear tras la guerra un organismo internacional con el objetivo de preservar la paz. Roosevelt no pudo, sin embargo, ver personalmente la victoria aliada. Falleció el 12 de abril de 1945. Sin embargo, sus reuniones con Churchill y Stalin resultaron decisivas para la configuración política del mundo. 


JOSEPH STALIN (1879-1953) 
Nadie podría imaginar que Joseph Visarionovich, Stalin, nacido en 1879 en el seno de una humilde familia georgiana, se convertiría en uno de los personajes más odiados y ensalzados del siglo XX. A los 14 años pudo abandonar el entorno de miseria en el que había crecido al ingresar en el seminario de Tbilisi. En aquella institución, de la que fue expulsado en 1898 por su relación con los grupos clandestinos marxistas, inició una imparable trayectoria revolucionaria. 

En 1922 fue nombrado Secretario General del Partido Comunista, un cargo desde el que se aseguró el poder cuando Lenin abandonó la política. Para hacerse con la primacía absoluta, llevó a cabo una sangrienta purga entre quienes pudieran discutírsela. “Escoger la víctima, preparar el golpe con prudencia, restañar la venganza implacable... no existe nada más dulce”, confió Stalin a Kamenev, uno de sus compañeros en la troika que había organizado para evitar que Trotski llegara al poder. En 1936, el propio Kamenev sería ejecutado. Ya como dirigente de la URSS, dictó el primer plan quinquenal, cuyo objetivo era convertir a Rusia en una potencia industrial a cualquier precio. Así, el aparato del Estado se encargó de vigilar la producción y encarcelar a los responsables de las fábricas si no cumplían los objetivos. 

Según indica su biógrafo M. Rubel, “en 1939, Stalin acordó con Hitler el pacto de no agresión porque temía más a la Alemania nazi que a cualquier otra potencia”. Años después, el líder soviético Kruschev señalaría que tras la firma Stalin había comentado: “todo es un truco para ver quién puede burlar al otro. Hitler cree que es más listo, pero yo le he engañado”. 

Stalin quizá suponía que la guerra debilitaría a los contendientes, lo que favorecería sus planes de expansión. Pero las cosas cambiaron cuando Hitler atacó la URSS en junio de 1941. Unos días después, Stalin advirtió al pueblo a través de la radio que el enemigo pretendía convertirlos a todos en esclavos de los príncipes alemanes y exigía la resistencia total. Según Rubel, “de los discursos de guerra de Stalin emana el mismo espíritu que inspiró a Hitler”. Los errores de estrategia del dictador comunista causaron enormes bajas en su propio ejército, si bien los constantes reemplazos y la producción masiva de las industrias situadas más allá del Volga, lejos del alcance de la aviación alemana, compensaban la situación. Además, como en la campaña de Napoleón, el “general invierno” resultó ser un aliado fiel de Rusia. 

La victoria del Ejército Rojo en Stalingrado supuso su avance hacia Occidente y así, tras la rendición alemana, Stalin se aseguró el control del este de Europa, ratificado en las conferencias de Yalta y Potsdam. El nuevo orden mundial surgido de ellas quedó equilibrado entre estadounidenses y soviéticos cuando en 1949 Stalin, que moriría 4 años después, ordenó probar la primera bomba atómica soviética. 

 

Fechas Claves

1944. El Protocolo de Londres, firmado el 12 de septiembre, prevé que Berlín será administrado de forma cuatripartita por Estados Unidos, la Unión Soviética, Francia y Gran Bretaña.

1945. El 2 de mayo, Alemania capitula en la Segunda Guerra Mundial. 

1948. Bloqueo de Berlín por la URSS, que, entre el 24 de julio de 1948 y el 12 de mayo de 1949, corta las vías terrestres y fluviales de acceso a Berlín Oeste. 

1949. Nacen la RFA (23 de mayo) y la RDA (7 de octubre). 

1961. La noche del 12 al 13 de agosto se inicia la construcción del muro de Berlín. 

1989. El día 9 de noviembre -tiene lugar la caída del muro. 

1990. El 3 de octubre se produce la unificación de las dos Alemanias. 

1991. El 20 de junio, Berlín es nombrada de nuevo capital de la Alemania unificada. 

 

Berlín a día de hoy

Berlín llegará un día a ser la capital de Alemania, pero será la capital del aburrimiento”, escribió Honoré Balzac en 1847. Resulta difícil encontrar una descripción más desafortunada de una ciudad que es todo menos aburrida. Sus animadas noches de cabaret en los años veinte, su agitadísima historia y su florecimiento cultural contradicen la opinión del escritor francés. Es cierto que la ciudad sucumbió a los designios del III Reich durante algo más de una década y que pagó por ello un precio muy alto con la inauguración de una torre de televisión que desvelara al mundo la pujanza tecnológica de las naciones situadas en la órbita soviética. Pero aquella rivalidad concluyó con la reunificación de Alemania. Superados los obstáculos, los berlineses se han lanzado a un encomiable ejercicio de recuperación histórica que se plasma en aspectos como la inauguración del nuevoMuseo de la Cultura Judía, en cuyo interior se recuerdan los horrores del Holocausto. Su autor, el arquitecto Daniel Liebeskind, ganó el concurso para reconstruir la zona cero de Manhattan. 

La Nueva Sinagoga de Berlín, que sufrió graves daños en la tristemente famosa Noche de los Cristales Rotos (1938), vuelve a lucir su resplandeciente cúpula de oro y a abrir sus puertas a la creciente comunidad judía que se congrega en el barrio de Scheunenviertel, situado en lo que antes era la zona oriental. Muy cerca se conservan los mayores fragmentos de aquel Muro de la Vergüenza que costó la vida a cerca de 100 personas que intentaron cruzarlo en sus tres décadas de existencia. En los albores del siglo XXI, una vez borradas las heridas de su pasado más trágico, Berlín muestra con orgullo su nueva fisonomía. Si la prensa estadounidense la describe como “la encrucijada de Europa”, algún osado articulista alemán afirma que pronto será la “capital cultural del mundo”. 

El esfuerzo constructor de los últimos años parece ir encaminado a la consecución de ese sueño, aunque su alto coste económico está dejando exhaustas las arcas municipales. La proliferación de nuevos edificios ha convertido Berlín en un espectacular campo experimental para arquitectos de vanguardia. Entre ellos, Norman Foster, que ha dotado al viejo Reichstag de una cúpula ultramoderna, o Renzo Piano, que ha construido la nueva sede central de Daimler-Benz en la Potsdamer Platz, una zona devastada por los bombardeos que ha sido recuperada gracias a la labor de Piano y otros eminentes arquitectos, como Helmut Jahn, autor del complejo Sony, y Arata Isozaki, creador del Debis Center. A esta fiebre arquitectónica de vanguardia se une ahora la meticulosa recuperación de algunos edificios del siglo XIX que fueron parcial o totalmente destruidos por los bombardeos. Ése es el caso de la nueva sede de Bertelsmann en Berlín, cuya fachada exterior recrea la antigua Comandancia Militar de la ciudad, que fue inaugurada en 1873. Otros edificios diseñados en la década de los sesenta y setenta del siglo XX también han aportado su grano de arena a la reconstrucción de una ciudad que desea fervientemente superar en grandeur a la mismísima París. Una de esas joyas arquitectónicas es la Neue National Galerie, de Mies Van der Rohe, cuyas salas albergan obras de los pintores expresionistas alemanes Otto Dix, Kirchner y Georg Grosz. Pero Berlín es algo más que su reciente pasado histórico o su espectacular rehabilitación urbana. Su verdadero carácter es el que aportan sus habitantes. La capital alemana también se ha convertido en un crisol de razas. Cabe recordar que es la segunda ciudad turca después de Estambul, algo que queda patente los sábados por la mañana en el concurrido mercado de Kreuzberg. Los miles de funcionarios que han llegado de otras zonas de Alemania para dar vida a las nuevas sedes gubernamentales y los contrastes que todavía se perciben entre los berlineses orientales y occidentales también constituyen otros elementos que marcan la fuerte personalidad de Berlín. 

Los más escépticos aseguran que la ciudad sigue dividida por un muro invisible. Si unos hablan de “frontera mental” entre dos culturas distintas, otros afirman que la diferencia la establece el dinero. “Muchos orientales están en paro, pero esa es la realidad que no quieren ver los políticos”, se queja un joven que pasea por la Chausseestrasse, muy cerca de la Nueva Sinagoga. En esta calle se encuentra un pequeño cementerio que alberga los restos del dramaturgo Bertold Brecht, del filósofo Hegel y del gran arquitecto Schinkel, alguna de cuyas obras marcaron la imagen de la ciudad en el siglo XIX. En el barrio, vertebrado por la Oranienburgerstrasse, se perciben con claridad las dos ciudades. Si las mañanas son de los parados y otros perdedores de la reunificación, las noches son de los nuevos ricos y jóvenes profesionales que han rehabilitado viviendas o dirigen galerías de vanguardia. En el ámbito arquitectónico también se puede percibir esa diferencia. 

Las fachadas de las barriadas proletarias del Este se repintan con colores brillantes en un intento de maquillar su abominable diseño. Sin embargo, este lifting no se va a poder aplicar al Palacio de la República Democrática Alemana (RDA), un edifico gigantesco de cemento revestido de cristales dorados que se construyó en el solar que dejó el Palacio Real de los Hohenzollern. Muy dañado por la guerra, sus restos fueron dinamitados por orden de las autoridades orientales en 1950. Pero poco duró el símbolo de la Alemania del Este. Tras la caída del Muro, el flamante Palacio de la RDA tuvo que ser abandonado al detectarse en su estructura asbesto, un material potencialmente cancerígeno. El Parlamento federal quiere derribarlo el año que viene para reconstruir el palacio original, del que apenas se conservan algunos cimientos. La iniciativa ha provocado un aluvión de críticas entre los que creen que la operación responde al rescate de un símbolo prusiano y los que protestan por su alto coste económico.

Las autoridades municipales afirman que el proyecto sólo pretende restaurar las señas de identidad del Berlín del siglo XIX. En su opinión, éste es un objetivo tan legítimo como el que se propusieron los propios berlineses tras la caída del Muro, cuando decidieron no olvidar los aspectos más siniestros de su reciente pasado histórico. 

 

 

 José María Canales Rúger 1º Bach A

 

 

 

 

 

 

 

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John Von Neumann

08.11.2009 20:39

 

 


 

 Era capaz de aprenderse toda la guía telefónica en pocas horas

El primer profesor de matemáticas que tuvo reconoció al instante el diamante en bruto que tenía y recomendó que siguiera un programa especial de matemáticas. Exasperaba a sus maestros. Admitía que no había estudiado la tarea para ese día y a continuación participaba en la argumentación con mayor conocimiento que cualquiera. Obtuvo matrícula de honor, al igual que en la mayoría de las otras asignaturas, salvo en educación física, en la que sacó un aprobado.

A los 20 años introdujo la definición de numero ordinal, aquel conjunto de todos los ordinales más pequeños que él. A los 23 años obtuvo el doctorado (en apenas 5 años) y fue el hombre más joven que ocupó un puesto de Privatdozent (parecido a un profesor ayudante). Su fama había corrido rápidamente por toda la comunidad matemática. La teoría de anillos es conocida hoy como “álgebras de von Neumann”, también es suya la demostración de la hipótesis cuasi-ergódica y también hizo aportaciones a la teoria de grafos. Más tarde, aplicó sus conocimientos a la incipiente mecánica cuántica. Fue él quien se dio cuenta que un estado cuántico podía considerarse como un vector en un espacio de Hilbert y es que decía que sólo había conocido a un “gran matemático”. Se refería, por supuesto, a David Hilbert; de quien extendió sus trabajos.

Los Neumann apreciaban el lujo. Tenían un juego de porcelana china y sus cuberterías de plata eran costosas para los profesores de la época. Siempre conducía Cadillacs descapotables último modelo. Fue uno de los primeros en poseer limpiaparabrisas y presumía de ello con sus amigos. Era un conductor temerario: al cabo del año se gastaba en el coche en reparaciones tanto como si lo hubiera comprado nuevo. Un cruce en Princeton tenía el sobrenombre de “la esquina de von Neumann”. Entre sus papeles personales se guardan memorias de muchos de los percances que tuvo.

Su esposa Klara decía que era capaz de no recordar qué había comido, pero sí recordaba palabra por palabra un libro que había leído hacía 15 años. También decía que en una ocasión fue a una reunión en Nueva York. Poco después le telefoneó desde Nueva Jersey para preguntarle: “¿Para qué he venido a Nueva York?”.

A lo largo de su vida leyó la mayoría de las historias enciclopédicas más conocidas, como “La decadencia y caída del imperio romano”, de Gibbon o como “Historia antigua y medieval” de Cambridge. Y si unimos un hombre con esa inteligencia y esa potencia memorística a una lectura de este tipo de temas puede formarse un cóctel explosivo.

En un viaje por el sur de los EEUU asombró a Stanislaw Ulam por su capacidad de relatar la historia de los antiguos campos de batalla de allí por donde pasaban, y con todos sus detalles. Y no se le podía calificar como un aficionado más a estos temas: sus conocimientos eran tan amplios como los de un especialista.

En la revista Life se afirmó que era el mayor experto en genealogía de los reyes de Europa y se decía también que te puede decir quién se enamoró de quién y por qué; con qué sobrina desconocida se casó este zar, cuántos hijos ilegítimos tuvo, etc.

En una ocasión, un famoso experto en la historia de Bizancio acudió a una fiesta en casa de los Neumann en Princeton y se enzarzaron en una discusión sobre historia. Diferían en una fecha concreta. Sacaron un libro para comprobarla y… ¿adivináis quién llevaba razón? Varias semanas después el profesor fue de nuevo invitado a casa de los Neumann. Llamó por teléfono a su mujer y le dijo: Iré si Johnny promete no discutir sobre la historia de Bizancio. Todos piensan que soy el mayor especialista del mundo en eso, y quisiera que lo siguieran pensando.

El matemático Jacob Boronowski lo calificó como la persona más inteligente que he conocido, sin excepción alguna. Además era un genio, en el sentido de que un genio es aquella persona que da a luz dos ideas geniales. Una definición de “genio” muy curiosa.

Durante la Guerra fue consejero de un departamento de la marina. El equipaje estaba rigurosamente limitado y había que llevar un casco antimetralla. Neumann quitó el casco y puso en su lugar un tomo de la Historia Medieval de Cambridge. Desde Londres escribía en 1943 a su mujer: Salvo los apagones antiaéreos, cosa a la que uno también se puede acostumbrar pronto, aquí la vida es absolutamente normal… Las alarmas, los ataques aéreos y demás son meras formalidades, desde luego para la parte céntrica de Londres.

Oppenheimer le pidió que trabajara en el proyecto Manhattan y fue una de las rarísimas excepciones a la norma de seguridad que se imponía a los científicos que trabajaran para la bomba que vivieran allí. Los que no vivían allí pero trabajaban para el proyecto, en realidad, no sabían por qué lo hacían. A von Neumann le consideraban tan valioso que se le permitió pleno conocimiento y total libertad para su agenda.

En los Álamos había una concentración de cerebros brutal, cosa que impedía ver que muchos venían de Hungría: Neumann, Edward Teller, Leo Szilard, Eugene Wigner, Theodore von Kármán que eran conocidos con el sobrenombre de “marcianos”. Pero destacaba Neumann por encima de todo, del que decían que en realidad era un marciano que se había disfrazado de hombre y aprendido a vivir entre ellos.

Los cálculos que hizo fueron cruciales. Para producir una explosión atómica necesitamos una masa crítica de U235. Una vez que la tenemos, explota. Podemos, por ejemplo, tener dos semiesferas separadas cada una de las cuales no llegue a la masa crítica, pero que al unirlas sí lo haga. El problema era que el inicio de la explosión puede separar los pedazos antes de poder unirse por completo.

En la bomba de Hiroshima se utilizó una esfera con un hueco y una bala que cabía en dicha esfera. Mediante explosivos convencionales se disparaba la bala hacia el hueco de la esfera. Aunque funcionaba, esta disposición era bastante poco eficiente. Otra posibilidad era la de la implosión. Igual que si exprimiéramos un limón, hemos de hacer una fuerza similar en todas partes, las cargas explosivas debían estar perfectamente sincronizadas para que la masa crítica estuviera concentrada en el centro. El chiste que se contaba por los Álamos era que el problema se parecía a aplastar una lata de cerveza sin derramar una gota. El plutonio que implosionaba de esta manera se tornaba líquido. Fue en esta parte en la que Neumann aportó sus cálculos. Se dio cuenta que el plutonio se comprimiría tanto que tomaría una densidad mayor que la normal, con lo que se incrementaba la velocidad de la reacción en cadena y la explosión era todavía más fuerte. Así fue la bomba lanzada sobre Nagasaki.

Ulam decía de Neumann que le encantaba estar con los militares porque admiraba a aquellas personas capaces de ser despiadadas e implacables. Cuando juzgaron a Oppenheimer, von Neumann declaró a favor. Dijo que era tan leal como competente. El fiscal, no obstante, le preguntó si él hubiera actuado igual que Oppenheimer. Y la respuesta fue esta:

Me está usted pidiendo que en primer lugar acepte la hipótesis de que alguien se ha comportado mal, y a continuación que me pregunte a mí mismo si hubiera hecho igual. ¿Acaso no se parece a indagar “cuándo dejé de pegar a mi mujer”?

En calidad de comisionado, Neumann se convirtió en un personaje público. Salía por TV, era entrevistado, recibía correspondencia de gente excéntrica (al igual que todo científico famoso). 

En cierta ocasión hicieron una entrevista a su mujer, quien dijo:


Por cierto, tiene muy poca idea de la distribución de la casa. Una vez, en Princeton, le pedí que me trajera un vaso de agua. Al rato volvió para preguntarme dónde se guardaban los vasos. Claro que sólo llevábamos en esa casa diecisiete años. Jamás ha cogido un martillo o un destornillador. Lo único que sabe hacer es arreglar cremalleras. Es capaz de hacerlo de inmediato.La mera idea de retirarse a vivir a algún lugar en una casita encantadora con jardín sería para él la muerte. Es una persona complicada, y la vida con él es complicada. Sin embargo, tiene muchas compensaciones. Me gusta la claridad del mundo de las matemáticas, y la sensación que se tiene ante un problema matemático cuando se sabe que sólo se tiene una respuesta correcta. Aprecio el tema central de nuestra vida. Somos como todos, y tenemos problemas como los demás; pero sólo hablamos de ello durante un rato y pasamos luego a cosas mejores. Soy el banco de pruebas de sus ideas. Otros lo harían mejor, pero resulta que yo soy la elegida; es fascinante.

Cuando se instaló un nuevo ordenador en Princeton capaz de hacer apenas 2000 instrucciones por segundo (hoy día, la capacidad de los procesadores se mide en MIPS: millones de instrucciones por segundo), para probarlo, sugirieron ponerle a resolver un problema y que von Neumann también lo hiciera para ver si llegaban al mismo resultado. Y así fue, pero cabe tener en cuenta que von Neumann acabó antes que la máquina.

Fue consejero de IBM y los ingenieros de la época decían que era capaz de crear y revisar de cabeza programas de 50 líneas… ¡en Assembler!. En 1954, un físico que trabajaba en el proyecto ICBM (Misiles Balísticos Intercontinentales) en una empresa aerospacial le presentó una extensa memoria compuesta por cientos de páginas producto de ocho meses de trabajo. Von Neumann empezó a hojear la memoria. Cuando estaba a medias fue al final y lo leyó por encima desde el final hasta el principio, escribió unas notas en un cuaderno y dijo: “No funcionará”. El físico se desilusionó, aunque no quedó convencido de ello. Pasó dos meses agobiantes trabajando y finalmente se convenció de que aquel proyecto, efectivamente, no funcionaría. Curiosamente, el proyecto hoy conocido como ICMB (misiles balísticos intercontinentales) llevó durante un tiempo las siglas IBM. Edward Teller dijo que, probablemente, IBM debía la mitad de su dinero a von Neumann. Ni él ni ninguno de sus colegas quiso nunca patentar sus ideas para intentar estimular el desarrollo tecnológico posterior.

En cierta ocasión, la RAND trabajaba para resolver un problema tan complejo que ningún ordenador tenía capacidad para resolverlo. Solicitaron a von Neumann que les ayudase a construir un ordenador capaz de hacerlo. Nuestro hombre pidió primero que le explicaran el problema y los ingenieros estuvieron dos horas garabateando signos en una pizarra furiosamente. Von Neumann se limitó a quedarse quieto en su asiento con la cabeza agachada entre las manos. Cuando acabaron de explicárselo, sacó su libreta e hizo unas anotaciones. Acto seguido les dijo: Caballeros, no necesitan de un nuevo ordenador: acabo de resolver su problema.

La URSS hizo explotar su primera bomba atómica en agosto de 1949. Con ello terminaba el monopolio americano sobre armas nucleares, lo que provocó una carrera armamentística. Por primera vez en la historia del mundo, se contemplaba la posibilidad de un ataque sorpresa que borraría toda una nación de la Tierra. Empezó a plantearse qué debía hacer EEUU. Ninguno de los dos bandos quería ser atacado, pero ambos temían que el otro bando les atacara por sorpresa. Hacia 1950, muchas personas de los EEUU pensaban que debería llevar a cabo un ataque sorpresa, no provocado. La idea, llamada eufemísticamente “guerra preventiva”, afirmaba que, aprovechando la superioridad nuclear, los EEUU debían establecer un gobierno mundial. Y no penséis que esto lo afirmaban cuatro chiflados. Entre ellos estaban nada menos que los matemáticos Bertrand Russell y John von Neumann.

Mientras que Russell afirmaba que no había lugar en el mundo para dos potencias nucleares, Neumann iba más lejos y propugnaba un ataque relámpago por sorpresa. Decía que en el caso de los rusos, no hay que decidir si se les ataca, sino cuándo. La revista Life lo citaba: Si me propone usted bombardearles mañana, yo le contesto, ¿por qué no hoy? Si dice usted que hoy a las cinco de la tarde, yo le digo, ¿por qué no a la una?

 

José María Canales Rúger 1º Bach A

 

 

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Diez curiosidades de la Historia

18.10.2009 14:21


    1. La era más dorada de la medicina

En siglos pasados, el oro era recetado como medicina. La gente pudiente masticaba láminas de oro y era añadido a las comidas en forma de polvo, como si fuera un condimento. Por ejemplo, los alquimistas del rey francés Luis XII (1601-1643) le hacían beber gran cantidad de oro líquido para enderezar su maltrecha salud.


    2. ¡Qué muerte más tonta!

Muchos personajes famosos han perdido la vida en condiciones y situaciones tan extrañas como inverosímiles. Ésta es una selección:
- Enrique I de Castilla: murió de una pedrada jugando con sus amigos.
- Arquímedes: un soldado romano le atravesó con su espada al ser recriminado insistentemente por el sabio griego para que no pisara unos dibujos científicos que había hecho en la playa.
- Jean Baptiste Lully, compositor francés: falleció por una gangrena al clavarse la batuta en el pie.
- Alejandro I de Grecia: su mascota, un mono, le propinó un mordisco y le contagió la rabia.
- Francis Bacon, filósofo y escritor inglés: falleció de frío mientras rellenaba con nieve de las montañas el interior del cuerpo de una gallina muerta, para un experimento sobre la conservación de los alimentos.
- Agatocles, tirano de Siracusa: se atragantó con un palillo.
- Esquilo, dramaturgo griego: murió golpeado por una tortuga que se desprendió de las garras de un águila que sobrevolaba su cabeza.
- Isadora Duncan, bailarina estadounidense: murió por una fractura en las cervicales debida a que su echarpe se enganchó en las ruedas del coche en el que acababa de subir.
- Maximiliano de Austria: una indigestión de melones le quitó la vida.
- Allan Pinkerton, fundador de la agencia americana de detectives que lleva su nombre: murió por una gangrena tras morderse la lengua.


    3. Un fideo con talento

En sus primeras incursiones cinematográficas, Archibald Leach fue rechazado en numerosas ocasiones por ser demasiado delgado. Años después fue contratado por 450 dólares semanales y se le cambió el nombre por el de Cary Grant

    4. Bill, el vil cazador

El famoso Búfalo Bill presumía de haber abatido 4.862 bisontes en una sola temporada de caza. 

    5. Los Marx, más atómicos aún

Los hermanos Marx, además de cómicos, fueron unos inventores: patentaron un sistema de alarma de los latidos del corazón para llevar en la muñeca. Y en los años cuarenta, Zeppo cofundó una compañía que construía un componente de los bombarderos destinados a lanzar bombas atómicas sobre Japón.

    6. Pancho el amoroso

El líder revolucionario mexicano Pancho Villa (1878-1923) visitaba hasta 5 novias en un día, según aseguraba su chófer Juan Carlos Caballero.

    7. ¡Decid pataaaaaaaataaaaaaaaa!

En las primeras fotografías, las personas tenían que estar quietas hasta 15 minutos para que no salieran movidas. Los fotógrafos de mediados del siglo XIX disponían de unos bastidores especiales para que la gente apoyara la cabeza.

    8. Una pareja difícil de separar

Félix Faure (1841-1899), sexto presidente de la III República francesa, murió mientras fornicaba en un prostíbulo de París. La joven sufrió un terrible shock y se dice que los médicos tuvieron que separarlos de una forma radical: seccionaron quirúrgicamente el pene del presidente.

    9. El dictador hormonado

Para mantener la virilidad de Adolf Hitler, su médico personal, Theodore Morell, le inyectaba un compuesto que contenía hormonas de testículos de animales machacados.

    10. El amante acusador

Una de las crueles excentricidades de Cayo Julio César Calígula consistía en obligar a las mujeres casadas de la corte a mantener relaciones sexuales con él, para luego acusarlas de adulterio e iniciar el divorcio en nombre del mancillado.

 

Fuente de www.muyinteresante.es/index.php/historiamenu/6952-diez-curiosidades-de-la-historia

 

                                     José María Canales Rúger 1º Bach A

 

 

 

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El Segundo Stonehenge

17.10.2009 22:06

Stonehenge

A pocos kilómetros del original monumente megalítico ha sido hallado un segundo Stonehenge por arqueólogos británicos. El descubrimiento en sí indicaría que en la Edad de Bronce la construcción de él tenía una construcción aún más compleja y posiblemente con fines rituales o funerarios.

El segundo Stonehenge podría ser incluso más antiguo, y ha sido bautizado como Bluehenge (Stonehenge azul) por el color de la piedra de arenisca. Conservando actualmente nueve hoyos y algunas zanjas, los arqueólogos piensan que se puede incluso tratar de un conjunto circular de 25 piedras con un diámetro de unos diez metros. El hallazgo se encontraba en un extremo de una gran avenida procesional construida en el neolítico, que habría conducido a Stonehenge siguiendo el curso del río Avon.

El proyecto se llama Stonehenge Riverside Project, y los arqueólogos que lo conforman piensan que las grandes piedras pudieron haber sido transladadas a una distancia de 2.800 metros hacia el 2.500 antes de Cristo cuando fue construido.

José María Canales Rúger 1º Bach A

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Estudiar Griego Online xD

17.10.2009 17:51

Ejercicios de Griego

Bueno aquí dejo una página en la cual podremos practicar y hacer ejercicios de Griego, dándonos la posibilidad de corregirlos al momento entre otras cosas. Entre los muchos ejercicios se nos ofrecen los siguientes, análisis de formas verbales, conjugación de verbos, los casos junto con su correspondiente declinación, colocar el adjetivo de la forma correcta, corregir frases, etc.... Pichad recursos.cnice.mec.es/latingriego/Palladium/griego/esg111bd12.php


José María Canales Rúger 1º Bach A
 

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